El villancico de San Frutos:
Aunque el día en que se celebra San Frutos, Patrón de la Diócesis de Segovia , el 25 de Octubre hoy os voy a hablar del su famoso villancico y un poco de la hisoria del santo.
Según la tradición nació en Segovia en el año 642, muriendo en el 715 en lo que hoy es término municipal de Carrascal del Río en la provincia de Segovia.
Nacido en el seno de una importante familia acomodada que la leyenda hace descendiente de patricios romanos de enraizadas creencias religiosas.
Tras la prematura muerte de sus padres hubo de tomar la decisión repartir los cuantiosos bienes familiares entre los necesitados y alejarse de la ciudad en busca de soledad. Sus hermanos menores Valentín y Engracia le secundan en la idea y lo acompañan, eligiendo para su retiro un inhóspito paraje a las orillas del Rio Duratón. Primero se establecieron en cuevas naturales, y después en ermitas alejadas entre si buscando el deseo de soledad, penitencia y oración.
Falleció en lo que hoy es la ermita de San Frutos a los 73 años de edad, y fue enterrado en ella por sus hermanos. Ellos se retiraron al municipio de Caballar, donde continuaron su vida solitaria hasta morir decapitados a manos de los sarracenos.
Los restos mortales de san Frutos fueron trasladados junto con los de sus dos hermanos en el siglo XI a la que fué la antigua Catedral de Segovia, y con el tiempo desaparecieron por el templo hasta que Juan Arias Dávila durante su gobierno de la diócesis como obispo de Segovia, ordenó su búsqueda teniendo en cuenta la tradición que aseguraba estaban enterrados en alguna parte del templo. En la actualidad se siguen venerando como reliquias, custodiadas en la catedral segoviana.
Como manda la tradición, cada 25 de Octubre, al mediodía, se interpreta el Villancico de San Frutos en el trascoro de la Catedral de Segovia.
El que actualmente se interpreta y conocemos la gran mayoría de los segovianos, fué el que compuso Antonio Hidalgo en el año 1874, al que le compuso la música y utilizó la letra de otro anterior que existía de Pedro Antonio Compta.
Se tiene constancia de villancicos del Santo anteriores al de Hidalgo, cuyas partituras se guardan en los archivos de la Catedral. Por ejemplo el titulado «Super Tecta Civium» , compuesto en 1739 por José Mir y Llusá.
Otro de los villancicos que existen es el de Pedro Antonio Compta, titulado «Al siervo bueno», compuesto en 1793 y que este año conincidiendo con el 1300 aniversario de la muerte de San Frutos, se va a recuperar históricamente gracias a entre otros al profesor de música García Portela y a la transcripción de la partitura original de Carmen Cantalejo. Eso sí, dicha recuperación histórica se producirá un dia antes de la fiesta, es decir, el 24 de Octubre, «reservando» el de Antonio Hidalgo para el día de la fiesta.
Aunque el día en que se celebra San Frutos, Patrón de la Diócesis de Segovia , el 25 de Octubre hoy os voy a hablar del su famoso villancico y un poco de la hisoria del santo.
Según la tradición nació en Segovia en el año 642, muriendo en el 715 en lo que hoy es término municipal de Carrascal del Río en la provincia de Segovia.
Nacido en el seno de una importante familia acomodada que la leyenda hace descendiente de patricios romanos de enraizadas creencias religiosas.
Tras la prematura muerte de sus padres hubo de tomar la decisión repartir los cuantiosos bienes familiares entre los necesitados y alejarse de la ciudad en busca de soledad. Sus hermanos menores Valentín y Engracia le secundan en la idea y lo acompañan, eligiendo para su retiro un inhóspito paraje a las orillas del Rio Duratón. Primero se establecieron en cuevas naturales, y después en ermitas alejadas entre si buscando el deseo de soledad, penitencia y oración.
Falleció en lo que hoy es la ermita de San Frutos a los 73 años de edad, y fue enterrado en ella por sus hermanos. Ellos se retiraron al municipio de Caballar, donde continuaron su vida solitaria hasta morir decapitados a manos de los sarracenos.
Los restos mortales de san Frutos fueron trasladados junto con los de sus dos hermanos en el siglo XI a la que fué la antigua Catedral de Segovia, y con el tiempo desaparecieron por el templo hasta que Juan Arias Dávila durante su gobierno de la diócesis como obispo de Segovia, ordenó su búsqueda teniendo en cuenta la tradición que aseguraba estaban enterrados en alguna parte del templo. En la actualidad se siguen venerando como reliquias, custodiadas en la catedral segoviana.
Como manda la tradición, cada 25 de Octubre, al mediodía, se interpreta el Villancico de San Frutos en el trascoro de la Catedral de Segovia.
El que actualmente se interpreta y conocemos la gran mayoría de los segovianos, fué el que compuso Antonio Hidalgo en el año 1874, al que le compuso la música y utilizó la letra de otro anterior que existía de Pedro Antonio Compta.
Se tiene constancia de villancicos del Santo anteriores al de Hidalgo, cuyas partituras se guardan en los archivos de la Catedral. Por ejemplo el titulado «Super Tecta Civium» , compuesto en 1739 por José Mir y Llusá.
Otro de los villancicos que existen es el de Pedro Antonio Compta, titulado «Al siervo bueno», compuesto en 1793 y que este año conincidiendo con el 1300 aniversario de la muerte de San Frutos, se va a recuperar históricamente gracias a entre otros al profesor de música García Portela y a la transcripción de la partitura original de Carmen Cantalejo. Eso sí, dicha recuperación histórica se producirá un dia antes de la fiesta, es decir, el 24 de Octubre, «reservando» el de Antonio Hidalgo para el día de la fiesta.
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